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jueves, 7 de abril de 2016

Ready Player One


Imaginemos un futuro no muy lejano, el del año 2044, en el que un friki de los videojuegos se hizo billonario gracias a la creación de un entorno virtual al que casi todo el mundo tiene acceso. Frente a ese mundo virtual, llamado "Oasis", el mundo real de ese futuro es un asco: pobreza, desempleo, crisis climática y energética, gente que vive hacinada en torres hechas de autocaravanas apiladas unas encima de otras, gente obligada a trabajar por sus deudas en régimen de semiesclavitud para megacorporaciones de la comunicación... casi como ahora, vamos, pero más a lo bestia.
 
El caso es que el billonario muere y le deja toda su fortuna y el control de todo ese mundo virtual al que sea capaz de encontrar un "huevo de pascua" escondido dentro de ese mundo pero, para llegar a él hay que resolver antes tres enigmas y superar tres pruebas. Como el billonario en cuestión era un obseso de los años 80, resulta que hay que ser todo un experto en aquella época, películas, series de TV, música, etc. para poder resolver esos enigmas y superar las pruebas y así hacerse con el codiciado premio.
 
Pronto, todos los hackers y aficionados a los videojuegos del mundo, además de una malvada megacorporación rival que quiere hacerse con el control de Oasis, se lanzan con entusiasmo a la competición pero pasan cinco años y nadie descubre nada ni es capaz de solucionar el primer enigma hasta que un día, un friki adolescente, huérfano, pobre y acomplejado, logra resolver por casualidad la primera pista y... los acontecimientos se precipitan.
 
Ese es, a grandes rasgos, el argumento de Ready Player One, uno de los últimos éxitos de la literatura de ciencia ficción, tanto es así que ya está en preparación una película basada en el mismo dirigida, al parecer, por el mismísimo Steven Spielberg y con Simon Pegg como uno de sus protagonistas interpretando a Ogden Morrow, el socio del billonario y cofundador de Oasis, que se convertirá en una especia de ángel guardián de los protagonistas en su búsqueda del ansiado huevo de pascua.

La novela rinde homenaje a los clásicos videojuegos de los salones recreativos  de los años 80 ya desde su mismo título pues así, con esa frase, "Ready Player One", en la pantalla, es como solían comenzar dichos juegos y las peripecias descritas en la novela están estructuradas como las diversas fases de uno de aquellos videojuegos donde cada pantalla superada te llevaba a otra más complicada a superar hasta llegar al premio final.

Es fácil comprender el porqué del éxito de la novela, al menos entre cierto tipo de público, entre el que me encuentro. La novela se encuentra trufada de guiños/homenajes/referencias (llámeseles como se quiera) a clásicos del cine, la televisión y la música de los años 80. para que nos hagamos una idea del nivel: al poco de empezar la misma ya tenemos una discusión entre dos de los protagonistas acerca de si Lady Halcón era eminentemente una película "para niñas" o no, acerca de los méritos de su banda sonora (sí, la de Alan Parsons) y acerca de si es mejor que aquellas continuaciones de Star Wars sobre los ewoks pergeñadas por George Lucas tras el fin de su saga galáctica. Ese es el nivel. Como dijo un amigo mío: nivel para geeks avanzados.

Y a partir de ahí pues referencias a otros "clásicos" de los ochenta desde las comedietas juveniles de John Hughes, pasando por Juegos de Guerra, el Comecocos (Pac-Man para los foráneos), los Monty-Python, el Spiderman japonés de los 80, Star Trek, los animes y mechas japoneses estilo Mazinger Z, Ultraman, Footloose, Blade Runner y unas cuantas más hasta perder la cuenta.

Se entiende pues que la novela haga las delicias de todos aquellos lectores que vivimos aquella época y compartirmos todos esos referentes culturales, es decir, los frikis ochenteros. ¿Cómo no nos iba a gustar una novela en la que una de las películas más emblemáticas de los Monty-Python forma parte esencial de la trama? Pero es que además la novela es muy entretenida: gran parte de la misma transcurre dentro del entorno virtual de Oasis, lo que entronca la misma con la corriente cyberpunk, donde cualquier cosa es posible, desde combates en gravedad cero, batallas espaciales, hasta peleas utilizando robots gigantes tipo Mazinger.

La novela se lee fácilmente, pues está escrita en un estilo ágil, si bien no demasiado elaborado, y se pasa en un suspiro.

Ahora bien, tampoco está carente de defectos. Aunque mis conocimientos técnico-informáticos son muy básicos (por no decir que prácticamente nulos) a veces tengo la sensación de que la novela es un poco tramposa pues como protagonista tenemos a un adolescente de unos dieciséis años capaz de hacer cosas propias de un hacker que harían quedar al mismísimo Steve Jobs a la altura del betún.

Por otro lado, aunque yo no la calificaría de "novela juvenil" como ha hecho algunos (pues su publico objetivo al que va dirigida principalmente, como ya he dicho, es aquel fan de la ciencia ficción que pasó su juventud en los años 80, es decir, estamos hablando de cuarentones o treinteañeros muy largos) si que no puede caer en algún estereotipo propio de la más reciente novela juvenil de ciencia ficción (léase las series de Los juegos del hambre o la serie Divergente) como es la típica historia de amor entre los protagonistas, adolescentes ellos, inadaptados ellos, superdotados ellos... Sin embargo hay que decir también que dicha historia de amor dista de ser empalagosa, no molesta dentro de la trama general del libro y por ello, entre otras cosas, éste resulta muy superior a cualquiera de las dos obras antes mencionadas o a cualquiera del estilo que he podido leer.

Tal vez el principal defecto de la obra, como obra de género, sea el mismo que, para aquellos de nosotros a los que nos ha gustado, constituye su principal virtud: se trata de una obra demasiado coyuntural. Dicho de otro modo: no sé hasta qué punto puede disfrutar esta novela una generación que no tenga esos mismos referentes de todos aquellos que vivimos nuestra juventud en los años 80 y ya no digo nada cuando haya pasado más tiempo.

Eso sí, si sois de la misma generación que yo, os aseguro que como mínimo, os lo pasaréis bien leyéndola y a mí, con eso, me basta.

Para que vayáis abriendo boca, ahí os dejo un fantrailer molón:

 

3 comentarios:

  1. Ande, la leñe... Sólo por el párrafo de "ya tenemos una discusión entre dos de los protagonistas acerca de si Lady Halcón era eminentemente una película "para niñas" o no, acerca de los méritos de su banda sonora (sí, la de Alan Parsons)" me has ganado. La anotaré para leer.
    No soy muy aficionado a los ejercicios revisionistas ni al abuso de la nostalgia ochentera que parece imperar en este nuevo/viejo tiempo pero de vez en cuando hasta los reacios caemos en ella.

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  2. Pues de eso, de nostalgia ochentera, hay en este libro para dar y tomar pero si ése fuera su único mérito, no lo recomendaría. Si lo hago es porque, aparte de eso y como ya digo, está escrito con oficio y resulta muy ameno y entretenido.

    Espero que lo disfrutes.

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  3. La leí por recomendación de aquí el blogero dicharachero y me gusto bastante. Pero le pongo peros, si no no tendría gracia el asunto. Sólo dos: va de más a menos y hace algunas trampas.

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